Sunday 13 December 2009

Semuc Champey y Lanquin del 1 al 4 de Diciembre

Tras nuestra experiencia con las tortugas en el sur de Guatemala, decidimos cambiar de rumbo, hacia el norte. Nuestra próxima parada será Semuc Champey, en el corazón de Guatemala. Semuc Champey tiene uno de los paisajes más bonitos del país. Es una zona rural a la que se llega por caminos y entre verdes montañas y rios. Nos quedamos en un hostal tipo cabaña donde cenamos con otros viajeros en una especie de cena comunal. Todos los huespedes del hostal cenan juntos para conocerse. Conocimos a Nathan y Jo de Birmingham, Inglaterra. A Anna de Alemania y a Leanne de Australia. Nathan tocaba la guitarra por la noche mientras su novia Jo cantaba. Nathan toca en una banda en Inglaterra y lo hacian muy bien. Leanne lleva años viajando y trabajando por el mundo. Su próximo destino será Hondura donde espera trabajar como master de buceo. Anna acaba de terminar el instituto en Alemania y va a vivir un año en Guatemala antes de decidir que hace en la universidad. Además descubrimos que Anna es actriz y ha hecho una película de cine aunque no nos quiso decir el título. Unos días después fuimos con ella a la comisaria de policía ya que le habían robado la cartera y no puede hablar español todavía. La policía fue muy amable y nos reimos bastante con los agentes que no sabían escribir correctamente su nombre en la denuncia y la llamaron Anna Deutsch (Ana Alemana) haha. Tuvimos dos grandes experiencias en Semuc Champey. La primera fue bañarnos en las piscinas naturales que ha creado el río. Son piscinas a distintos niveles que van río abajo y debido a la piedra de la zona el agua es de color turquesa. Fuimos nadando y tirándonos de cabeza de una a otra hasta que llegamos a una catarata de trece metros. Alli, nuestro guía se tiró y nos dijo que todo estaba bien si queríamos saltar. No se veía muy bien donde era la caída, si había rocas, agua o cocodrilos... hehe. Así que se trataba de saltar 13 metros al vacío, sin ver la caída...... La mayoría del grupo no saltamos aunque Lauren, Nathan y Leanne sí saltaron. Los demás bajamos el desnivel con una cuerda atada a una roca. La caida era impresionante y aunque se hicieron algo de daño al chocar con el agua, al parecer merecía la pena..... quizás la próxima vez salte.... quizás. La segunda experiencia fueron las cuevas. Nos dieron una vela a cada uno y pasamos a una cueva. La cueva no tenía ningún camino como las típicas cuevas que se visitan y te dicen "no salir del camino marcado"..... era toda una aventura porque al rato de entrar empezamos a meternos en agua. Al principio por las rodillas, luego por la cintura, la gente gritando ahh que frío! Y despues por el cuello hasta que llegábamos a zonas donde cubría y teníamos que nadar con la vela por encima del agua para que nos se apagará. Dentro de la cueva llegamos a una cascada de unos tres metros de altura que subimos con una cuerda. Aquí se apagaron algunas velas aunque pudimos darnos luz unos a otros con las que seguían encendidas. Nuestro guía iba dejando algunas velas en agujeros por el camino para tener a la vuelta. Después de una hora caminando y nadando llegamos al final de la cueva..... bueno, al menos al final aconsejable para llevar a gente. La cueva sigue pero se hace cada vez más difícil. Fue una bonita experiencia (aunque probablemente no para claustrofóbicos.) Un grupo de 7 u 8 personas dando luz con las velas y siguiendo al de delante por el agua y con el brazo en alto para no mojar la vela.... haha.
Después fuimos a Lanquín, un pequeño pueblo con otras cuevas que visitaríamos con Leanne y Anna. Lo más interesante de esta cueva es ver la salida de miles de murcielagos a las 6 de la noche. En cuanto anochece empiezan a salir en grandes cantidades. Después de visitar esta segunda cueva nos fuimos a cenar comida casera en una de las casas del pueblo que tenía una mesa fuera para cocinar para turistas.... Tomamos un poco de cerdo, arroz, platano frito con crema y huevos... ummm! mientras el hijo de la mujer de la casa, con tres años, no paraba de bailar imitando a Michael Jackson. En Lanquín vimos el sorteo para el mundial de fútbol junto con un holandés. Nathan y Lauren parecían estar satisfechos con el fácil grupo que le ha tocado a Inglaterra (Inglaterra, Estados Unidos, Argelia y Eslovenia) mientras que yo tampoco me podía quejar demasiado con el de España (España, Suiza, Chile y Honduras.) Al día siguiente marcharíamos hacia el norte de Guatemala, una pequeña ciudad llamada Flores.

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